¿El caos está por todas partes? ¿Los papeles se acumulan, la ropa está por doquier, en los cajones es imposible encontrar algo? ¿Los adornos navideños no encuentran su lugar?
La desorganización genera estrés, afecta la concentración, provoca cansancio y nos quita tiempo. Es por eso que mantener la casa limpia y ordenada es un imperativo, especialmente después de las fiestas navideñas, cuando nuestros espacios se llenan de cosas nuevas que pronto comienzan a acumular polvo en algún rincón olvidado.
Cualquier día es buen momento para hacer limpieza y poner orden en tu casa, pero si estás esperando que llegue un momento especial, iniciar el año con una limpieza general es una gran idea.
Estos 5 consejos para organizar tu casa te serán de gran utilidad para cumplir tu propósito de iniciar el 2023 con una casa ordenada:
- Planifica la limpieza. Dejar el asunto para “un día que tenga tiempo” solo provocará que las labores se acumulen y que el desorden ligero se convierta en un enorme caos. Por esa razón es recomendable fijarnos fechas y tiempos estimados para realizar, poco a poco y sin abrumarnos, todas esas pequeñas acciones que nos permitan tener un hogar ordenado y limpio. La clave está en no postergar; para evitarlo, crea un calendario con las tareas que debes cumplir en la semana y cúmplelo, de esta manera no se acumularán las cosas por hacer.
- Crea caos y elimina. Muchas veces el desorden llega porque tenemos demasiadas cosas. Es por eso que las organizadoras profesionales sugieren que, aunque dé miedo, antes de empezar a ordenar primero hay que sembrar el caos: poner la casa patas arriba, vaciar cajones, armarios, cajas y recovecos, de esta manera sabremos qué es lo que tenemos y podremos comenzar por deshacernos de las cosas que no son útiles, no ocupamos o simplemente ya no nos gustan. Al momento de hacer tu inventario de objetos listos para desechar, separa aquellos que están en buenas condiciones para que puedas donarlas a personas u organizaciones a las que les sea de utilidad. Eliminar los excesos no solo será benéfico para tu espacio físico, sino que también te dará paz mental.
- El siguiente paso es clasificar todas esas cosas que hemos acumulado y que ocupan espacio en nuestra casa. Ordena los objetos en categorías como ropa, documentos, artículos de cocina, libros, adornos, recuerdos… Asigna a cada categoría y a cada elemento un lugar específico, así sabrás dónde guardar algo nuevo que llegue a tu hogar, por ejemplo: los documentos médicos se guardan en el cajón derecho del escritorio; los adornos navideños, en el armario del cuarto de servicio.
- El momento de ordenar. Es indispensable aprovechar al máximo el almacenaje. Hay que evaluar los espacios con los que contamos para guardar nuestras cosas, desde armarios y gavetas, hasta cajones y estanterías. Todo aquel espacio o mueble en el que sea posible guardar, debe ser evaluado para planear la manera más eficiente de optimizar el espacio. Utilizar accesorios para organizar es una gran herramienta, siempre y cuando cada pieza tenga una función y un espacio asignado. No te lances a comprar organizadores, cajas, gavetas, perchas, bolsas y etiquetas si no sabes qué uso le vas a dar y en qué lugar exacto lo colocarás, de otro modo, estos accesorios terminarán aventados en algún otro lugar de la casa, aumentando el caos.
- Lugares problemáticos. Identifica los rincones de tu hogar que parecen imanes del caos: un escritorio, la alacena, el dormitorio, la mesita del recibidor… Hablamos de ese lugar donde tú o tu familia dejan cualquier cosa con la que llegan a casa, ese es el rincón que debes atender de inmediato y crear un sistema para mantenerlo ordenado y limpio.
Y el bono: Limpiar y ordenar a fondo nuestro hogar es una tarea titánica que esperamos no tengas que hacer de manera continua. Para lograrlo es importante crear una rutina de limpieza y, sobre todo, acostumbrarnos a poner cada objeto en su lugar en cuanto lo dejamos de utilizar, no des margen a la acumulación de cositas y al nacimiento de un nuevo caos.
La lista de cosas por hacer puede ser inmensa, pero dividir esta enorme tarea en pequeñas acciones es la manera más eficiente para evitar que la limpieza anual nos abrume.