Comprar un inmueble y ponerlo en renta puede parecer una forma sencilla de invertir y tener un ingreso extra; sin embargo, si no tienes experiencia en el negocio inmobiliario, es fácil cometer algunos errores que pueden llevarte a perder tu dinero.
Estos son cinco errores comunes al rentar un inmueble y las formas de evitarlos:
- Creer que cada mes recibirás un pago
Si aún estás pagando el inmueble en cuestión y estás contando con la renta para cubrir la mensualidad, es necesario que tengas previsto de dónde saldrá el dinero para pagar tu hipoteca cuando la propiedad no esté rentada o bien, cuando tus inquilinos se retrasen en los pagos. Es un error común asumir que, al tener un inmueble en renta, el flujo de dinero será constante ya que puede suceder que se mantenga desocupado durante largos meses o que los inquilinos se retrasen en sus pagos, por eso es necesario tener un plan B para poder cubrir tus obligaciones financieras.
- No revisar los antecedentes del inquilino
Por más prisa que tengas por rentar tu casa, no olvides verificar a quién estás entregando las llaves de tu propiedad. Tómate el tiempo necesario para investigar quién es la persona con la que estás por firmar un contrato, pide su identificación oficial, verifica sus referencias, revisa su historial crediticio. No te dejes llevar por la urgencia, especialmente si te ofrecen el pago por adelantado de varios meses, pues, aunque es una propuesta tentadora, puede ser un error muy costoso que ponga en riesgo tu patrimonio.
- No prever los costos de mantenimiento
Ser el propietario de un inmueble conlleva gastos para el mantenimiento de rutina, así como para las reparaciones por daños o descomposturas inesperadas. Por esta razón, el monto de la renta debe ser suficiente para cubrir el costo del mantenimiento, por ejemplo, para pintar el inmueble cuando hay cambio de inquilinos o sustituir electrodomésticos en mal estado. Es importante que destines una parte de la renta a un fondo que cubra estos gastos cuando sea necesario, de esta manera no te tomarán desprevenido.
- Descuidar a tu propiedad y a tus inquilinos
Para no poner en riesgo tu patrimonio, debes estar atento a las condiciones que guarda tu inmueble en renta. Solicita a tus inquilinos que te notifiquen de inmediato sobre los problemas que presente la vivienda, por ejemplo, si la instalación eléctrica sufre desperfectos o si hay goteras o humedades. Dar un mantenimiento preventivo con regularidad te permitirá estar al tanto del estado del inmueble y evitará que un pequeño desperfecto se convierta en un gran dolor de cabeza.
- No poner el contrato por escrito
Para tu protección legal, es esencial que se firme un contrato de arrendamiento en el cual se especifiquen las condiciones del inmueble, las obligaciones del propietario y las del inquilino, el proceso para la resolución de problemas, el monto de la renta y el día pago, así como todas aquellas condiciones o prohibiciones que quieras incluir (como no permitir las mascotas). De esta forma, ambas partes sabrán a qué atenerse cuando surja una disputa.