Cuando eres propietario de una vivienda, hay muchos imprevistos que pueden provocarte pérdidas materiales importantes. Para evitar un quebranto a tu patrimonio, contratar una póliza resulta una buena idea.
De acuerdo a la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), en nuestro país sólo el 6.5 % de las viviendas están aseguradas de forma voluntaria, es decir, que la póliza no está condicionada por un crédito hipotecario. Y aunque contratar un seguro para nuestro hogar es una de las últimas cosas que nos cruzan por la cabeza, la realidad es que hay muchas buenas razones para hacerlo.
Estar preparados ante una contingencia resulta lo más lógico para proteger tu patrimonio, después de todo, nuestra vivienda es una de las grandes inversiones que hacemos a lo largo de la vida.
Un seguro de vivienda no sólo cubre el costo de la propiedad, sino que, dependiendo del tipo de póliza contratada, amparará el valor que el inmueble ha alcanzado, así como a las personas y los bienes que están en su interior.
Algunas buenas razones para contratar un seguro de vivienda:
Robos: Lamentablemente, los robos a viviendas no son poco frecuentes, pero tener asegurada tu casa te garantiza una compensación por los bienes que tienes contemplados en tu póliza.
Incendios o explosiones: Sin duda, los incendios o explosiones son dos de los imprevistos que más daño pueden provocar a tu propiedad. Cuando el incidente es grave, es posible que la vivienda quede destruida y si no cuentas con un seguro, deberás afrontar los gastos de reconstrucción o asumir la pérdida de tu patrimonio.
Fenómenos naturales: Las lluvias, granizadas, inundaciones, huracanes, sismos e incluso erupciones volcánicas pueden provocar daños catastróficos a tu vivienda y, como lo hemos visto tantas veces en las noticias, familias enteras pueden quedar desamparadas de un momento a otro, sin tener opciones para reconstruir su hogar.
Daños materiales: Un seguro puede protegerte ante los daños materiales provocados por acontecimientos no tan catastróficos como los citados anteriormente. Por ejemplo, si un súbito aumento del voltaje estropea tus aparatos eléctricos o si una tubería rota arruina tus muebles.
Responsabilidad civil: Algunas pólizas también te protegerán ante los daños que terceras personas puedan sufrir a causa de tu propiedad; por ejemplo, una explosión de gas que afecta no solo tu casa, sino también a tus vecinos. Hay pólizas que protegen a los invitados ante un accidente sufrido en tu hogar y otros que incluso cubren los daños que pueda generar tu mascota, por ejemplo, una fea mordida a un huésped que no le agradó.
Y aunque no es muy común, ciertas aseguradoras ofrecen pólizas que pueden cubrir servicios de mantenimiento para la propiedad.
Por supuesto, la cobertura de estos siniestros dependerá del tipo de seguro que decidas contratar.
Cómo elegir un seguro para vivienda
Si decides comenzar a buscar una póliza para tu vivienda, no olvides que es conveniente que el seguro no se limite a la edificación en sí, pues es importante que incluya coberturas para proteger los bienes en su interior.
Al elegir un seguro, es importante determinar a qué riesgos se enfrenta tu propiedad. Busca una póliza que se adapte a tus necesidades y que las coberturas estén acordes a la ciudad y la zona en la que se encuentra tu casa. Por ejemplo, si vives en un área de baja sismicidad, una cobertura por terremoto podría ser innecesaria y solo aumentaría los costos.
Tener una póliza para el hogar nos permite estar mejor preparados para enfrentar una crisis y sentirnos más tranquilos ante los imprevistos.
Un seguro de vivienda es una inversión que vale la pena para proteger nuestro patrimonio.