Cuando una persona fallece sin haber dejado un testamento válido que especifique cómo deben distribuirse sus bienes, es necesario recurrir a un juicio de sucesión intestamentaria, para que sea la autoridad judicial quien decida qué sucederá con las posesiones en disputa, como pueden ser inmuebles, automóviles, cuentas de ahorro o inversión.
El resultado del juicio sucesorio permite que los herederos puedan realizar legalmente actos sobre los bienes, por ejemplo, la venta de las propiedades del difunto. Mientras no exista el reconocimiento de un juez sobre quiénes son los herederos, ni la familia ni los posibles acreedores están autorizados a llevar a cabo ningún acto sobre los bienes.
En este artículo te platicamos cómo se realiza un juicio de sucesión intestamentaria en México.
- Petición ante el juez
El proceso comienza cuando un interesado, como un heredero o un acreedor, presenta una solicitud ante el juez competente. Esta petición debe incluir el acta de defunción, documentos que acrediten la relación de parentesco con el difunto, una descripción de sus bienes y una declaración de que no hay testamento válido. El juez presentará los documentos ante el Archivo General de Notarías para que investigue si efectivamente el difunto no dejó ningún testamento.
- Nombramiento de un albacea provisional
El juez designa un albacea provisional para administrar y proteger los bienes de la sucesión mientras se resuelve el proceso.
- Notificación a los interesados
El juez ordena la notificación sobre el inicio del juicio a todos los herederos legítimos y posibles acreedores, así como a otras partes interesadas. Esto les da la oportunidad de participar en el proceso legal y presentar sus reclamaciones.
- Inventario y avalúo de bienes
El albacea provisional debe realizar un inventario detallado de los bienes y propiedades del difunto, así como un avalúo de su valor, un paso fundamental para determinar cómo se distribuirán los activos.
- Pago de deudas y gastos
Dentro del proceso, el albacea provisional será el responsable de pagar las deudas y gastos de la persona fallecida, utilizando los bienes de la sucesión, incluyendo costos funerarios, impuestos y otros compromisos financieros.
- Distribución de bienes
Una vez que se han pagado las deudas y gastos, los bienes que quedan se distribuyen entre los herederos legítimos siguiendo las leyes de sucesión intestamentaria.
Un heredero se designa según los grados de parentesco con el difunto; por ejemplo, si la persona fallecida estaba casada y con hijos, en primer lugar se considera a la esposa y los hijos; en segundo lugar, los parientes en línea descendente como nietos. En tercer lugar, aparecen los familiares de la línea ascendente, es decir, los padres del fallecido. Si la persona que falleció vivía en concubinato y tenía hijos, tendría los mismos efectos que el matrimonio. Si el difunto era soltero, los herederos serían en este orden: los padres, los hermanos o los sobrinos.
- Rendición de cuentas
El albacea provisional debe presentar un informe final al juez en el que detalle todas las acciones realizadas en el proceso de sucesión. Esto incluye la distribución de bienes, los pagos realizados y otros detalles importantes.
- Resolución del juez
Una vez que el juez revisa el informe final y está satisfecho de que hayan cumplido todas las obligaciones legales, emite una resolución que da por terminado el juicio de sucesión intestamentaria.
- Entrega de bienes a los herederos
Finalmente, los bienes se entregan a los herederos de acuerdo con la distribución establecida en el proceso de sucesión.
Toma en cuenta que los procedimientos exactos varían según la jurisdicción y las leyes locales, por lo que es recomendable que busques asesoría legal.
El juicio de sucesión intestamentaria puede ser un proceso largo y complicado, que requiere cumplir con los plazos y requisitos establecidos por la ley, por lo que es importante que cuentes con la asesoría de un abogado especializado en sucesiones para que sea el encargado de representarte en el proceso.